Israel incrementó drásticamente sus ataques en la Franja de Gaza, golpeando a lo largo del enclave palestino y matando a cientos de personas en una nueva fase ampliada de la guerra, mientras Washington volvía a señalar que Israel podía hacer más para proteger civiles en el enclave.
El ejército israelí dijo el viernes que había atacado más de 450 objetivos en Gaza desde tierra, mar y aire en las últimas 24 horas, la mayor cantidad desde que colapsó la tregua con Hamás la semana pasada y aproximadamente el doble de las cifras diarias reportadas típicamente desde entonces.
Mientras tanto, denunciando una “pesadilla humanitaria en espiral”, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, declaró que no había protección efectiva para los civiles en Gaza y que ningún lugar del enclave era seguro, horas antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU votara sobre una demanda de un alto el fuego humanitario.
“Estamos en un punto de ruptura”, dijo al Consejo de Seguridad de la ONU, afirmando que el colapso del sistema humanitario podría resultar en una ruptura total del orden público. “A la gente de Gaza se le está diciendo que se mueva como bolas de pinball humanas, rebotando entre franjas cada vez más pequeñas del sur, sin nada de lo básico para sobrevivir”, dijo, refiriéndose a las instrucciones israelíes a los civiles de Gaza de trasladarse a zonas seguras.
En Washington, la Casa Blanca dijo el viernes que Israel podría hacer más para reducir las víctimas civiles y que Estados Unidos compartía las preocupaciones internacionales sobre la situación humanitaria en Gaza.
“Ciertamente todos reconocemos que se puede hacer más para tratar de reducir las víctimas civiles”, dijo a los periodistas el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
Vale señalar, el jueves, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo en Washington que era imperativo que Israel tomara medidas para proteger a la población civil de Gaza.
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