El último grupo de armenios salió ayer en un colectivo de Nagorno Karabaj, lo que completó un éxodo agotador luego de que más de 100.000 personas abandonara el enclave en una semana luego de que Azerbaiyán lo recuperara con una fugaz ofensiva militar.
El colectivo, que llegó a la vecina Armenia, transportaba a 15 pasajeros con enfermedades graves y problemas de movilidad, dijo Gegham Stepanyan, el defensor del pueblo de Nagorno-Karabaj, quien agregó que estaba recabando información sobre otros residentes que puedan haber quedado por no haber conseguido medios para irse.
Unas 400 personas murieron en la ofensiva lanzada por Azerbaiyán el 19 y el 20 de septiembre en Nagorno Karabaj, que duró apenas 24 horas hasta la capitulación de las fuerzas armenias locales, que días después anunciaron la disolución, para fin de año, de la república sin reconocimiento internacional que habían fundado hace más de 30 años en el enclave del suroeste azerbaiyano.
Azerbaiyán se ha comprometido a respetar los derechos de las personas de etnia armenia de Nagorno-Karabaj, pero virtualmente todas ellos huyeron desde entonces apresurada y desordenadamente de la región por temor a represalias o a perder la libertad de usar su idioma y practicar su religión y costumbres.
El Gobierno de la vecina Armenia dijo que 100.514 de los 120.000 residentes la región ingresaron ya al país.
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