Podría ser un caso más, pero en el actual contexto y con la serie de episodios vinculados a escándalos de corrupción que se han develado en los últimos meses, el gobierno de Gabriel Boric recibió un nuevo golpe reputacional que consolida el momento de aflicción por el que atraviesa.
Tras las revelaciones que surgieron a raíz del caso “Convenios” y que instaló en el centro del debate a la asignación irregular de recursos de organismos estatales a fundaciones proclives a partidos oficialistas, un polémico episodio protagonizado por la embajadora de Chile en el Reino Unido terminó con la renuncia de la funcionaria. Susana Herrera, cercana al partido Federación Regionalista Verde Social, autodenominado como un conglomerado “regionalista, progresista y ecologista”, fue la protagonista de un reportaje del diario chileno La Tercera que reveló que la funcionaria presentó un proyecto a la Gobernación del Biobío para levantar fondos públicos y privados por cerca de cinco millones de dólares, relacionados con un proyecto de mercado de maderas de la localidad de Santa Juana, afectado por los incendios forestales que ocurrieron en el sur del país a principios de año.
Sin embargo, y contra toda lógica, Herrera no le informó a la Cancillería de dicha gestión y no cumplió los procedimientos regulares que exige la normativa chilena. De hecho, la Secretaría General de Relaciones Exteriores (Segen) mencionó que el proyecto en etapa inicial requería análisis, ya que involucraba financiamiento público y privado. Todo eso empujó a que el ministerio encargado de la política exterior chilena frenara los planes de la representante en Londres, quien incluso le envió -en el más completo sigilo el 13 de junio pasado- una carta al gobernador de Concepción, Rodrigo Díaz, para darle a conocer una “iniciativa”.
“La carta venía con el membrete de la embajada y firmada por Herrera como representante de Chile en el Reino Unido”, indicó el periódico.
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