El expresidente Donald Trump se presentó ayer ante una corte de Washington como acusado de “conspiración” para cambiar el resultado de las elecciones de 2020.
Trump, de 77 años, se presentó a las 16 ante la jueza de instrucción Moxila Upadhyaya. El magnate viajó hasta el juzgado Barrett Prettyman en su vehículo desde el aeropuerto de Washington acompañado de varios de sus asesores de campaña electoral: Susie Wiles, Chris LaCivita, Jason Miller y Steven Cheung. En la comitiva también estaba presente la abogada Alina Habba.
“Ahora voy a Washington, D.C., para que me arresten por haber cuestionado unas elecciones corruptas, amañadas y robadas”, publicó el expresidente en una serie de mensajes desafiantes en su plataforma Truth Social. “Es un gran honor, porque me arrestan por ustedes. ¡Hagan a Estados Unidos grande otra vez!!!”, agregó.
A su llegada quedó bajo custodia federal, se le tomaron las huellas dactilares, pero no le hicieron una fotografía. Ante el tribunal, Trump se declaró no culpable de los cuatro cargos que se le imputan: defraudar a Estados Unidos, conspirar para obstruir un procedimiento oficial e intento de obstruir la certificación de las papeletas en las urnas y atentar contra el derecho a voto.
El primer cargo conlleva una pena máxima de cinco años, mientras que los dos cargos de conspiración e intento de obstruir la certificación de las papeletas en las urnas implican, cada uno, un monto máximo de 20 años. Finalmente, por atentar contra el derecho a voto, Trump podría recibir una sentencia máximo de 10 años.
La extraordinaria acusación revelada el martes argumenta que, mientras aún era presidente, Trump puso en riesgo los cimientos de la democracia estadounidense al conspirar para anular los resultados de las elecciones de 2020.”La finalidad de la conspiración era invertir los resultados legítimos de las elecciones presidenciales de 2020 mediante afirmaciones falsas deliberadas de fraude electoral”, sostiene la acusación. “A pesar de haber perdido, el acusado estaba determinado a permanecer en el poder”.
“Entonces, durante más de dos meses después del día de las elecciones, el 3 de noviembre de 2020, el demandado difundió mentiras de que hubo un fraude que determinó el resultado de las elecciones y que en realidad había ganado”. “Estas afirmaciones eran falsas y el acusado sabía que eran falsas”, dice Smith en su auto.
“Las inculpaciones de Trump son verdaderamente históricas en el sentido de que ningún presidente o expresidente de Estados Unidos antes de Trump ha sido inculpado, y mucho menos acusado de difundir mentiras sobre unas elecciones”, dijo Carl Tobias, profesor de derecho de la universidad de Richmond.
Richard Hasen, profesor de derecho en la universidad de California destaca la naturaleza única del caso: “Es difícil exagerar lo que está en juego en esta inculpación y enjuiciamiento”, escribió.
“Es quizás la inculpación más importante jamás dictada contra alguien para salvaguardar la democracia estadounidense y el estado de derecho en cualquier tribunal estadounidense”. Agregó que “influirá en gran medida en si EE. UU. seguirá siendo una democracia próspera después de 2024”.
Una figura clave en la acusación fue el entonces vicepresidente Mike Pence, quien proporcionó a los fiscales “notas contemporáneas” que tomó para documentar los esfuerzos por revertir el resultado de la encuesta.
Pence, quien probablemente sea un testigo estelar en cualquier eventual juicio, criticó inflexiblemente el miércoles a Trump por presionarlo para frustrar la voluntad de los votantes al negarse a certificar la victoria electoral de Joe Biden en el Capitolio de EE. UU. el 6 de enero de 2021.
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