Un misil ruso alcanzó ayer un edificio residencial en la ciudad central ucraniana donde nació el presidente Volodimir Zelenski y dejó seis muertos y 75 heridos, mientras Rusia intensifica los bombardeos tras una serie de ataques con drones en su territorio, incluyendo contra Moscú.
El misil lanzado contra la ciudad de Krivoi Rog destruyó una sección del edificio de departamentos entre el cuarto y el noveno piso, mientras que otro misil balístico ruso impactó en un edificio universitario sin que hubiera reportes de víctimas, dijeron autoridades locales.
Videos subidos a redes sociales mostraron negras columnas de humo que salían por las ventanas de departamentos y autos dañados o calcinados estacionados en una calle bajo frondosos árboles. Zelenski dijo en Telegram que entre los muertos había una chica de 10 años y su madre, y que unas 350 personas participaban del operativo de rescate.
El otro misil destruyó parte del edificio universitario de cuatro pisos, dijo el responsable de la administración militar de la ciudad, Oleksandr Vilkul.
En la ciudad de Jerson, capital de la provincia homónima, en el sur de Ucrania, otro ataque ruso dejó al menos cuatro muertos y 17 heridos, informó la Presidencia ucraniana.
En la vecina provincia de Zaporiyia, un ataque de artillería ucraniano dio de lleno en una tienda de alimentos de la localidad de Basan y provocó la muerte de tres personas, informó el gobernador designado por Rusia, que ocupa parcialmente la región.
Otras 15 personas resultaron heridas, agregó el gobernador, Evgueni Balitski.
Más al este, un ataque de artillería ucraniano mató a dos personas e hirió a seis en la ciudad de Donetsk, capital de la provincia oriental ucraniana del mismo nombre, que está parcialmente ocupada y que fue anexada por Rusia, dijo el gobernador instalado por Moscú, Denis Pushilin.
Pushilin agregó que un colectivo también fue alcanzado en uno de los múltiples ataques lanzados este lunes por Ucrania contra Donetsk capital, que ya estaba en manos de separatistas ucranianos desde 2014, ocho años antes del inicio de la invasión rusa, en febrero de 2022.
Ucrania redobló la semana pasada una contraofensiva lanzada en junio con armas recibidas de Occidente para intentar recuperar territorios ocupados por Rusia en cuatro provincias del sur y el este, incluyendo Donetsk. Por ahora, la operación ha tenido resultados limitados.
Al mismo tiempo, Ucrania parece haber comenzado a llevar la guerra al interior de Rusia, con ataques con drones que han alcanzado blancos tan lejanos como Moscú, a unos 500 kilómetros de la frontera ucraniana. En días recientes, ataques con drones atribuidos por Rusia a Ucrania se han vuelto más frecuentes en zonas anexadas por Moscú, especialmente en la península de Crimea, en el mar Negro. Pero también ha habido bombardeos en territorio ruso, incluyendo en la capital.
El domingo último, drones lanzados contra Moscú fueron neutralizados por las defensas antiaéreas y, al caer, se estrellaron contra dos edificios de oficinas a unos pocos kilómetros del Kremlin, la sede del Gobierno ruso.
Ucrania ha dicho a lo largo de la guerra que solo se defiende de la agresión rusa contra su territorio, y no ha reivindicado ningún ataque dentro de Rusia.
Sin embargo, Zelenski dijo tras el ataque con drones a Moscú que Ucrania estaba "más fuerte" y la guerra estaba "volviendo a Rusia", y que esto era un proceso "inevitable y justo".
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