La megaoperación de la policía brasileña contra un comando armado, que el 9 de abril había tomado por asalto una ciudad en el estado amazónico de Mato Grosso para asaltar a una transportadora de caudales, concluyó con 18 muertos y cinco detenidos.
Las fuerzas de seguridad desplegaron efectivos en un vasto territorio y tardaron 38 días en cerrar la operación denominada “Canguçu” para acabar con el comando, con persecuciones y tiroteos y el despliegue de 350 agentes en los estados de Mato Grosso, Pará y Tocantins.
El comando atacó un cuartel de la policía militar, un vehículo blindado y colocó explosivos en varios lugares de la pequeña localidad de 30.000 habitantes, que tiene una economía ligada principalmente al sector agroalimentario.
La banda criminal, compuesta por una veintena de hombres fuertemente armados, llegó a Confresa en vehículos blindados proveniente de una finca en Pará después de planear durante más de un año el golpe, en el que invirtieron alrededor de 2 millones de reales. Apenas ingresaron a la ciudad, atacaron el cuartel de la Policía Militar. Después de provocar la explosión de un vehículo en la entrada del lugar, hicieron rendir a todos los efectivos y luego incendiaron las instalaciones.
El objetivo del golpe era una bóveda perteneciente a la compañía de valores Brinks. Sin embargo, el golpe comando fracasó y los delincuentes escaparon hacia la zona rural de Tocantins, donde decenas de uniformados comenzaron a buscarlos a las pocas horas.
Durante el operativo los efectivos policiales incautaron alrededor de 20 armas, entre ametralladoras, chalecos antibalas, cascos y explosivos, lo que confirma las tácticas de guerrilla implementadas por los delincuentes.
El secretario de Estado de Seguridad Pública, coronel César Roveri, destacó que las investigaciones continuarán, pues todavía quedan más personas por arrestar. Según fuentes oficiales de Tocantins, el operativo está entrando en una 2ª fase, donde se mantendrán los cortes de ruta y las barreras.
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