La guerra desató temores de recesión económica en Europa, debido a la subida histórica de los precios de la energía y a su correlato en forma de inflación, que empezaron a descartarse solo a finales del año pasado.
Entonces se pensó que el bloque europeo tendría un 2023 de cuasi estancamiento antes de empezar a crecer ligeramente en 2024. Pero como siempre después del estallido de la pandemia en 2020 los datos son mejores de lo previsto y la Comisión Europea se ve obligada una vez más a elevar sus previsiones de crecimiento.
Bruselas sigue advirtiendo de riesgos a la baja pero ya confirma que la posibilidad de caer en recesión va quedando atrás. La Comisión Europea, brazo ejecutivo de la Unión Europea, publicó este lunes sus previsiones económicas de primavera.
Los datos mejoran con respecto a las últimas previsiones completas, publicadas hace casi seis meses. La mejoría se debe a los menores precios de la energía, a menos problemas en las cadenas de suministros globales y a un mercado laboral que se comporta mucho mejor de lo previsto. “Este inicio de año mejor de lo esperado” aumenta la previsión de crecimiento al 1,0% y al 1,7% en 2024.
La previsión crece igual para los 20 países que comparten la moneda común europea (euro) como para los otros siete del bloque que conservan sus monedas nacionales.
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