Las autoridades rusas acusaron ayer a Ucrania de intentar atacar el Kremlin con dos drones durante la noche, en un intento de asesinar al presidente Vladimir Putin.
“Esta noche el régimen de Kiev intentó golpear con vehículos aéreos no tripulados la residencia del presidente de la Federación Rusa”, indicó el Kremlin en un comunicado publicado en su página web. El Kremlin tachó el supuesto intento de ataque de “acto terrorista” y afirmó que las fuerzas militares y de seguridad rusas habían inutilizado los drones antes de que pudieran atacar.
Los drones y sus fragmentos cayeron en el recinto del Kremlin, sin que causaran víctimas ni daños materiales. Un video del episodio fue difundido por medios ucranianos y mostró al dron explotar sobre la residencia presidencial rusa.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró a la agencia de noticias estatal rusa RIA Novosti que Putin no se encontraba en el Kremlin en ese momento y que estaba trabajando desde la residencia de Novo-Ogaryovo.
Añadió que Putin se encontraba a salvo y que su agenda no había cambiado. Poco después, difundió unas fotos del mandatario ruso reunido con el gobernador de la región de Nizhni Nóvgorod, Gleb Nikitin.
La agencia oficial Tass citó el comunicado diciendo que el Kremlin consideraba el suceso como un atentado deliberado contra la vida de Putin antes del Día de la Victoria que Rusia celebra el 9 de mayo. La Presidencia advirtió que Rusia “se reserva el derecho de tomar medidas de represalia dónde y cuándo lo considere oportuno”.
El Kremlin no presentó ninguna prueba del incidente denunciado y su declaración incluía pocos detalles. Por su parte, Ucrania negó cualquier implicación en el presunto ataque.
“Ucrania no tiene nada que ver con los ataques con drones contra el Kremlin”, declaró Mikhailo Podoliak, consejero presidencial. “Ucrania no ataca al Kremlin porque, por empezar, eso no resuelve ningún problema militar”, agregó. En la misma línea, Estados Unidos dijo que tomaba con suma precaución las declaraciones de Rusia.
“Vi la información. No puedo validarla, no lo sabemos”, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, en un evento en Washington. “Tomaría cualquier cosa que salga del Kremlin con mucho cuidado”, agregó.
El supuesto ataque frustrado se produce tras una serie de incidentes -incluidos ataques de sabotaje a trenes- previos a las populares celebraciones de la victoria en la Segunda Guerra Mundial.
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