El número de muertos por los devastadores terremotos llegó ayer a más de 20.000, de los que 17.134 se han contabilizado en Turquía y 3162 en Siria. Además hay unos 70.000 heridos de distinta consideración.
En Turquía el número de heridos alcanza los 64.194, mientras que el recuento de edificios derruidos por los temblores se mantiene igual respecto a ayer, con 6444. El último balance de víctimas lo ofreció el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, que también denunció saqueos en algunas zonas y prometió una dura respuesta.
“Lamentablemente hay saqueos de mercados en algunos lugares. El Estado reacciona a eso mediante el estado de emergencia”, dijo el mandatario en una declaración pública en Gaziantep, una gran ciudad situada al este del epicentro del terremoto. Los equipos de rescate de Turquía encontraron durante la madrugada de ayer a seis personas, entre las que se incluyen tres niños, cerca de 68 horas después de haber quedado sepultadas bajo los escombros de un edificio destruido en la ciudad de Kirijan tras los terremotos registrados el lunes en el sur del país, cerca de la frontera con Siria.
Ayer los rescatistas también lograron sacar con vida de los escombros a un chico de 16 años. Sin embargo a medida que pasan las horas disminuyen las esperanzas de que se produzcan otros milagros.
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