La encrucijada de Perú ante su larga crisis política
Según expertos, hay una clase dirigente sin respuestas en un país fracturado que registra más de 50 muertos en protestas contra el gobierno desde el 7 de diciembre.
Perú está entrampado en un marcado deterioro de su clase política, incapaz de dar respuestas y conectar con un país fracturado que ha visto morir a más de 50 personas en enfrentamientos directos desde el 7 de diciembre, según coinciden expertos.
Aunque la rechazada propuesta de adelantar las elecciones generales para este año aún tiene una oportunidad con la reconsideración que se presentará hoy lunes en el Congreso, algunos politólogos son escépticos de que se logren avances.
“Este es un Congreso tóxico: es rechazado por 88 por ciento de la población, según encuestas; es tildado por (la asociación civil) Proética como la institución más corrupta, es el Legislativo más desprestigiado de la región en el Latinobarómetro”, recordó Alonso Cárdenas, de la London School of Economics.
“El Congreso, como casi toda la clase política del Perú, vive de espaldas al país, no lo comprende”, añadió Roger Santa Cruz, de la universidad jesuita limeña Antonio Ruiz de Montoya.
La madrugada del sábado, tras más de siete horas de debate con reproches, el Parlamento rechazó la propuesta de Hernando Guerra García, del partido fujimorista Fuerza Popular (FP), para que las elecciones ya no fueran en abril de 2024, como se prevé, sino en octubre de este año, de manera que la presidenta y los parlamentarios se vayan en diciembre próximo.
La propuesta de Guerra García, de quien sus adversarios dicen que cumplía órdenes de la líder de FP, Keiko Fujimori, era a la vez una respuesta a la presidenta Dina Boluarte, quien instó el viernes a anticipar los comicios para salir del “atolladero”.
Según Santa Cruz, las dudas de los rivales al fujimorismo son razonables: “Fuerza Popular tiene bases a lo largo y ancho del país. Tiene más capacidad para una campaña corta. Lo suyo es cálculo político”, señaló.
Los partidos Renovación Popular y Avanza País, que comparten con el fujimorismo el espacio más a la derecha en el espectro ideológico del Congreso, se apartaron de su aliado y barrieron con el proyecto de Guerra García.
“La alianza que respalda a Boluarte se está resquebrajando”, advirtió Cárdenas.
La actual mandataria fue elegida vicepresidenta por el partido izquierdista Perú Libre, pero desde que sucedió el 7 de diciembre al destituido Pedro Castillo, su apoyo se basa en las bancadas conservadoras.
La izquierda también tiene su cuota de responsabilidad en esta falta de acuerdo político para salir de la crisis, porque condiciona su voto al adelanto de elecciones a un referéndum por una Asamblea Constituyente, posibilidad rechazada por amplios sectores del poder.
“La izquierda sabe que su propuesta no va a tener nunca apoyo de la derecha”, indicó Cárdenas, para quien el tema se usa como pretexto para negociar beneficios menores.
“Son razones bastante mediocres (de parte y parte). No ideológicas, ni de modelo de país, sino para aferrarse a los cargos por unos meses más”, añadió.