Las protestas que se registran en contra del Gobierno de Dina Boluarte en Perú se extendían ayer a 10 de las 25 regiones del país, con bloqueos y marchas, en una jornada en la que también hay previstas movilizaciones en Lima, mientras la cifra de muertos desde diciembre superó las 40 personas después de que registrara un fallecido en Cusco.
Un conglomerado de colectivos sociales, sindicales y partidos de izquierda convocaron a una marcha por la tarde de ayer en Lima con la consigna “Ni un muerto más, abajo la dictadura cívico militar, racista y clasista”.
Las protestas, que piden la salida de Boluarte, elecciones anticipadas y el cierre del Congreso, se concentran en Tacna, Moquegua, Puno, Cusco, Abancay, Apurímac, Arequipa, Madre de Dios, Huancavelica y San Martín, según la Superintendencia de Transporte Terrestre.
La Defensoría del Pueblo de Perú anunció el miércoles por la noche la muerte de Remo Candia Guevara, presidente de la comunidad campesina de Anansaya Urinsaya Ccollana de Anta, ubicada en Cusco, en el sureste del país, en medio de los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en esa ciudad.
“Demandamos una investigación inmediata para dar con los responsables del deceso y proceder a la sanción respectiva. Nuestros comisionados se encuentran en alerta en zonas de movilización en regiones del país”, indicó la Defensoría, citada por la agencia de noticias Europa Press.
El organismo reportó, además, más de 50 heridos, entre ellos, 19 policías. También en Cusco los pobladores quemaron una caseta del terminal de transporte terrestre regional, atacaron locales comerciales y colocaron piedras en la línea férrea, apuntó la agencia AFP.
Este lunes, 18 personas murieron en el marco de las protestas en Juliaca, Puno, 17 de ellas por heridas de arma de fuego. El otro deceso corresponde a un policía que fue atacado salvajemente por los habitantes del lugar horas después de ocurridas las refriegas más fuertes.
En medio del clima de protestas fueron velados ayer los restos de 17 de los 18 muertos el lunes en Juliaca, donde una multitud desfiló hasta el aeropuerto, sede de los enfrentamientos, con los ataúdes.
“No somos terroristas, somos juliaqueños”, gritaban los ciudadanos, tras el velorio colectivo que se hizo en la parte posterior de la morgue del Hospital Carlos Monge Medrano. Los féretros de color blanco y marrón fueron cargados por sus allegados y cada uno tenía encima una fotografía y una bandera de Perú cubriéndolo por completo.
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