El asalto al Capitolio, espejo de la intentona golpista
A dos días de haberse cumplido el segundo aniversario de la toma del Capitolio en EE UU, miles de seguidores del exmandatario de Brasil Jair Bolsonaro -muy amigo de Donald Trump, con quien estuvo días atrás, invadieron ayer las sedes de los tres poderes en Brasilia, y las comparaciones entre los dos procesos tienen puntos de contactos.
El asalto al Capitolio, sede del Congreso estadounidense, el 6 de enero de 2021 intentó evitar el reconocimiento por parte de los legisladores del resultado de las elecciones del 3 de noviembre de 2020 a favor de Joe Biden.
En cambio, en Brasil, los ataques contra los edificios de los tres poderes encontraron a Lula ya a cargo de la presidencia, mando que asumió el pasado 1 de enero.
Sin embargo, el 12 de diciembre, cuando Lula fue diplomado como presidente electo en una ceremonia en el Tribunal Superior Electoral, los manifestantes de la extrema derecha habían intentado tomar la sede de la Policía Federal en Brasilia y quemado decenas de autos y ómnibus. Además, el mandatario saliente, al igual que en EE.UU., nunca reconoció su derrota y no participó de la ceremonia de paso de mando.