El barco humanitario “Ocean Viking” atracó ayer en el puerto militar de Toulon, en el sur de Francia, donde descendieron 234 migrantes que permanecieron 15 días a bordo en malas condiciones de alojamiento debido a que el Gobierno italiano les negó la posibilidad de hacerlo en una de sus ciudades, informó la prefectura marítima francesa.
El fin del viaje del barco humanitario se convirtió en el principio de una crisis diplomática entre Francia e Italia, dado que el Gobierno de Francia le reclamó al de Italia por haber dejado a más de 230 personas 15 días en altamar en precarias condiciones, reacción que la primera ministra italiana, Giorgia Meloni tildó ayer de “agresiva, incomprensible e injustificada”.
“Quedé impresionada por la reacción agresiva del Gobierno francés, que desde de mi punto de vista es incompresible e injustificada”, planteó ayer Meloni, de extrema derecha, en conferencia de prensa luego de los cruces entre ambos países. Después de semanas en el mar en búsqueda infructuosa de un puerto seguro en Italia, el “Ocean Viking” llegó a muelle ayer por la mañana en Francia.
Se trata del primer desembarco en este país de un buque ambulancia que ayuda a los migrantes en el Mediterráneo. “Es a título excepcional que acogemos este barco, teniendo en cuenta los 15 días de espera en el mar que las autoridades italianas han hecho sufrir a los pasajeros”, declaró el miércoles el ministro del Interior, Gérald Darmanin, citado por AFP.
Otros once países de la Unión Europea (UE) acogerán a dos tercios de los migrantes y el tercio restante se quedará en Francia, anticipó Darmanin. Alemania acogerá a “más de 80”, mientras que Croacia, Rumanía, Bulgaria, Lituania, Malta, Portugal, Luxemburgo e Irlanda también contribuirán.
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