OPINIÓN

Tras las elecciones, Brasil crecerá en 2023

El resultado electoral en Brasil está ligado, sin lugar a dudas, a un dato de consolidación democrática espectacular en el país. Más de 120 millones de votos, muy parejo el resultado, una gran distribución entre Lula a cargo del Poder Ejecutivo, pero con otras mayorías de centro y de derecha en el Legislativo, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados.

Los principales estados, los más industriales, quedaron en manos de la derecha y la centroderecha, como Minas Gerais, San Pablo y Río de Janeiro. Es decir, se ha dado una distribución espacial, con el Sur más de derecha y un Nordeste más de izquierda o de Lula.

Pero se da en un resultado en un Brasil que está creciendo, con grandes reservas en el banco Central y muy baja inflación, que le da un sustento institucional y económico muy grande a la próxima administración del presidente Lula.

Después de Bolsonaro queda un Brasil muy ratificado en el mundo. Este año Brasil va a crecer más que Europa, Estados Unidos o China, por ejemplo. Es decir, frente a toda la crisis global, queda un país sano en sus números, con una expectativa mundial muy importante en términos de producción de alimentos y energía. Todo esto es una muy buena noticia y también para la Argentina.

Para nosotros un Brasil deteriorado económica e institucionalmente sería una tragedia, más allá de quién gane la elección. Creo que lo que menos nos importa en términos de intereses argentinos es quién gana la elección en Brasil, sino en qué estado está y cuáles son sus perspectivas a futuro.

En ese sentido, para nosotros, que no tenemos por qué ser bolsonaristas ni lulistas, queda un Brasil poderoso al cual centralmente la próxima administración -yo no tengo ninguna expectativa de que haga nada ni hacia adentro ni hacia afuera de Argentina en el sentido correcto- esperemos que nos sirva para fortalecer la alianza estratégica entre los dos países y desde ahí reconstruir el Mercosur y el proceso integrador.

Y desde el Mercosur, mirar hacia una sólida apertura al mundo, avanzando con el acuerdo ya firmado con la Unión Europea, pero también con Estados Unidos y con China.

Tomando el modelo de la negociación de libre comercio con la Unión Europea (UE), tenemos que extender esas negociaciones y sentarnos a negociar con China y con Estados Unidos como Mercosur.