Rusia anunció ayer sábado la suspensión de su participación en el acuerdo que permite a Ucrania exportar sus cereales, vital para los países pobres, tras denunciar un ataque con drones contra los navíos rusos en Crimea. De esta forma, advierten que la decisión podría provocar una crisis alimentaria a nivel mundial.
"Considerando la acción terrorista del régimen de Kiev con participación de expertos británicos contra la flota del mar Negro y contra buques civiles que brindan seguridad a los corredores de granos, Rusia suspende su participación en la aplicación del acuerdo sobre las exportaciones de productos agrícolas desde puertos ucranianos", indicó el Ministerio ruso de Defensa en Telegram.
Horas antes, el ejército ruso había acusado a Ucrania y al Reino Unido de un ataque "terrorista" con drones contra su flota del mar Negro en el puerto de Sebastopol, en Crimea, y dijo que uno de sus barcos tuvo daños "menores".
"Se ha producido el ataque más masivo de drones y vehículos de superficie pilotados por control remoto en las aguas de la bahía de Sebastopol en la historia del conflicto", dijo Mijaíl Razvojayev, citado por la agencia de noticias AFP. Moscú dijo que sus buques que fueron blanco del ataque estaban involucrados en un acuerdo negociado por la ONU para permitir la exportación de granos ucranianos, que está a punto de vencerse si las partes no consensúan una extensión.
Sobre esto, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó a Rusia y Ucrania a renovar el acuerdo que vence el 19 de noviembre próximo, al destacar que salvó a 100 millones de personas de caer en la extrema pobreza. El pacto, suscripto en medio de la guerra y que rige desde agosto por 120 días, facilitó la salida de nueve millones de toneladas de grano y contribuyó a rebajar significativamente el precio del trigo, explicó Guterres.
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