Finlandia anunció ayer que limitará “significativamente” la entrada de ciudadanos rusos en su territorio y a partir de ahora negará el acceso a aquellos con visas de turista de un país europeo del espacio Schengen, un área de 26 naciones europeas que abolieron sus controles fronterizos.
El país nórdico, que vio aumentar el número de rusos que entran por su frontera terrestre desde el anuncio de Moscú de una “movilización parcial” de reservistas para combatir en Ucrania, se suma así de facto a la decisión tomada a principios de septiembre por Polonia y los tres países bálticos (Estonia, Letonia, Lituania), los otros cuatro países de la Unión Europea (UE) que tienen frontera terrestre con Rusia.
“Tras la decisión del gobierno, su entrada en vigor puede hacerse muy rápidamente”, dijo en conferencia de prensa el ministro de Exteriores finlandés, Pekka Haavisto, sin precisar una fecha. “Quienes crucen la frontera con un motivo turístico no podrán ingresar. Debe haber otro motivo”, indicó.
La decisión se aplica tanto a las visas otorgadas por Finlandia como por cualquier otro país del espacio Schengen, un área de 26 países europeos que abolieron los controles fronterizos en las fronteras comunes o internas, añadió el funcionario, citado por la agencia de noticias AFP. Finlandia, que comparte una frontera de unos 1300 kilómetros con Rusia, ya había decidido dividir por diez el número de visados de turista concedidos a rusos a partir del 1 de septiembre, pero hasta ahora permitió el paso a aquellos que llevan visas de turista.
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