La TV estatal de Irán dijo ayer que 17 personas fallecieron en seis días de protestas por la muerte de una joven detenida por llevar mal el velo islámico, y las autoridades del país bloquearon Instagram y WhatsApp en un intento por contener las manifestaciones.
Una ONG elevó también el jueves a 31 la cifra de muertos en enfrentamientos y represión de las protestas por la muerte de Mahsa Amini, que son las más graves desde una ola de manifestaciones en 2019 y 2020 por un brusco aumento del precio de los combustibles. Además de la capital Teherán, las protestas se extendieron a 15 ciudades, entre ellas la nororiental Mashhad, la noroccidental Tabriz, además de Rasht en el norte, Isfahan en el centro y Shiraz en el sur.
El Gobierno de clérigos musulmanes no electos de Irán ha tratado de deslegitimar las protestas afirmando que son acciones contra la seguridad nacional de grupos opositores instigados por países hostiles.
Amini, de 22 años, murió la semana pasada luego de colapsar en una comisaría de Teherán, la capital, a donde había sido llevada detenida por la policía moral por llevar mal puesto el velo islámico con el que las mujeres deben cubrirse la cabeza y el pecho.
La chica fue llevada a un hospital al que ingresó en coma y murió tres días después, el viernes pasado, lo que suscitó duras condenas en el mundo y de grupos de derechos humanos, que denunciaron la represión “brutal” contra los manifestantes.
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