Es uno de los lugares más peligrosos hoy, no solo de la guerra de Ucrania, sino del planeta. La central nuclear de Zaporiyia, en territorio ucranio pero ocupada por tropas rusas, ha sido escenario de intercambios de fuego entre ambos ejércitos y un misil mal dirigido (o apuntado con intención) podría causar una catástrofe de efectos incalculables.
El presidente ruso, Vladimir Putin, aceptó este viernes, durante una conversación con su homólogo francés, Emmanuel Macron, que expertos del Organismo Internacional de la Energía Atómica (Oiea) visiten “cuanto antes” la central ucrania, según un comunicado del palacio del Elíseo. La visita de los inspectores a Zaporiyia —la central más grande de Europa— se hará bajo la supervisión de Ucrania, según el Elíseo, y no tiene fecha. Antes, “deben reunirse las condiciones de seguridad para que la misión pueda hacer su trabajo, lo que exige un alto el fuego”, comentó después de la llamada una fuente de la presidencia de la República francesa, que pidió el anonimato.
“Es necesario que se detengan los combates como mínimo durante el tiempo de la misión”, añadió la fuente, “y, si es posible, y es lo que deseamos, más allá de ella para que todos podamos estar seguros de que la central de Zaporiyia es un lugar en seguridad”. El Ministerio de Exteriores ruso consideró “inaceptables” las propuestas de Naciones Unidas, de Kiev y otras capitales para desmilitarizar la zona.
El Kremlin enfatizó que la conversación se mantuvo a instancias del Elíseo. Según el comunicado, Putin no solo mostró “su disposición a brindar la asistencia que necesiten los inspectores de la agencia [el Oiea]”, sino que también accedió a que los expertos de la ONU y de la Cruz Roja visiten la cárcel de Olenivka.
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