Un depósito ruso fue bombardeado ayer en Kherson, en el sur de Ucrania, en la misma zona que fue atacada la semana pasada por las fuerzas ucranianas. Las imágenes divulgadas en redes sociales muestran el incendio tras la explosión en un suburbio de Nova Kakhovka, en la región de Kherson, donde Rusia ha establecido un gobierno de facto.
La semana pasada, un almacén en la misma localidad fue atacado usando el sistema de lanzadera de misiles Himars, proporcionado por Estados Unidos y que ha permitido a las fuerzas ucranianas alcanzar puntos más lejanos con respecto al frente de batalla. Para los expertos, el arsenal de precisión otorgado por los aliados occidentales ha dado a las fuerzas ucranianas un gran impulso en el campo de batalla desde que se introdujeron en junio, inclinando la balanza y forzando a los rusos a revaluar sus estrategias.
De hecho, en las últimas horas el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, ordenó atacar la artillería ucraniana de largo alcance como una de sus prioridades. El jerarca militar, cercano a Vladimir Putin, “dio instrucciones al comandante de atacar con armas de alta precisión los sistemas de cohetes y artillería de largo alcance del adversario”, informó el ministerio en su canal de Telegram.
Según el Gobierno de Kiev, en la últimas semanas, con el empleo de las lanzaderas de misiles estadounidense Himars y MS270 y de obuses M777, el Ejército ucraniano ha conseguido destruir numerosos arsenales en la retaguardia rusa.
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