La ciudadanía de Colombia votará este domingo por su primer presidente de izquierda en el país o por uno populista y desconocido para muchos hasta hace poco: Gustavo Petro o Rodolfo Hernández son las alternativas. Ambos se definen como antisistema y se disputan la carrera por la Casa de Nariño en un momento histórico para el país, porque nunca entre izquierda y populismo se había definido una contienda electoral.
Estos candidatos son los que quedaron en pie tras la elección regular, que significó un duro golpe la clase política tradicional del país americano y hasta que pudieron ser difundidas, las encuestas dieron un empate técnico.
No está claro quién ganará, si el izquierdista Gustavo Francisco Petro Urrego, un economista y senador de 62 años dedicado al activismo y a ser político durante los últimos 30 años; o el populista Rodolfo Hernández Suárez, un ingeniero civil millonario de 77 años que amasó su fortuna -ronda los 100 millones de dólares, según él mismo- en el sector de la construcción y que no cuenta con amplia experiencia en el terreno público y político.
El senador Gustavo Petro, cargo que tiene desde el 2018 y líder de la coalición política Pacto Histórico, una coalición de partidos de izquierdas e indígenas, nació en el municipio Ciénaga de Oro, en el departamento de Córdoba, en el norte del país.
Ha sido electo tres veces a la Cámara de Representantes, senador en dos periodos, alcalde de Bogotá, cargo del que fue destituido -la Corte IDH emitió un fallo en contra del Estado colombiano por haber destituido y obstruido su alcaldía- y tres veces candidato a la presidencia de Colombia (2010, 2018 y 2022).
Para definir a Petro -y entender en parte el ascenso de Rodolfo Hernández además del voto en contra del otro- hay que hablar del temor patológico a la izquierda, "a esa ideología que suena a guerrilla y que, aunque se ha moderado en la semblanza de la socialdemocracia europea en esta candidatura de confluencia de fuerzas de Petro, sigue provocando iras, a pesar de que la mayoría quiera cambio", según un informe de la agencia EFE.
Esa resistencia a Petro viene también de grupos de empresarios que no piensan como él; de hecho, una de sus propuestas es una reforma tributaria en la que haya más impuestos "sobre las 4.000 más grandes fortunas de Colombia", porque según argumenta el candidato, el sistema impositivo actual tiene "un claro sesgo a favor de las personas excesivamente ricas".
Por su parte, la trayectoria política del ingeniero Hernández no es amplia: líder del movimiento político Liga de Gobernantes Anticorrupción, que fundó cuando se lanzó a la Alcaldía de la ciudad de Bucaramanga, nació en Piedecuesta, un municipio del departamento de Santander, en el noreste del país.
Es propietario de la empresa Constructora HG, basada en la construcción de viviendas, y su única experiencia política ha sido como concejal en Piedecuesta y como alcalde de Bucaramanga (2016- 2019), la capital santandereana.
Ambos candidatos se han posicionado con el discurso de promesas de cambio, de antiestablecimiento y de respuesta al hartazgo de la tradición política un país de gobiernos conservadores y del uribismo, la corriente más influyente hasta antes de estos comicios.
COMENTARIOS