La justicia británica rechazó ayer dos recursos urgentes contra el controvertido plan del gobierno de Boris Johnson de enviar a Ruanda a los migrantes y solicitantes de asilo llegados ilegalmente al Reino Unido, y desató la crítica de ONG.
Un avión debe trasladar hoy a Ruanda, situado a 7.000 kilómetros de Londres y con un preocupante balance en materia de derechos humanos, a los primeros ocho expulsados en el marco de este plan ideado para desalentar las llegadas de migrantes irregulares al país europeo. El Tribunal de Apelaciones británico rechazó el último recurso presentado contra el inicio de los vuelos de deportación, que previsiblemente empezarán este martes, porque “no puede interferir” con la decisión original.
“Consideramos que el juez emitió una opinión detallada y cuidadosa que creo muy meritoria a la vista de los plazos en los que tuvo que darla” en este “caso urgente e importante”, precisó el juez del Tribunal de Apelaciones Rabinder Singh, informó la cadena local Sky News.
El recurso había sido presentado por el sindicato Servicios Públicos y Comerciales, que representa al 80 % de la Policía de Fronteras británica, con el apoyo de las organizaciones no gubernamentales Care4Calais y Detention Action. Asylum Aid presentó un segundo caso que es estudiado en el Tribunal Superior de Justicia, aunque la intención del Gobierno sobre la partida de mañana del primer avión es firme.
“Claramente queremos que haya un vuelo mañana (por hoy). El plan sigue en pie”, aseguró un vocero de Downing Street. De los 31 candidatos a la expulsión registrados la semana pasada —incluidos sirios, iraníes, iraquíes, egipcios y afganos que huyeron de los talibanes— hay “ocho que aún deben partir mañana (por hoy)”, tuiteó Care4Calais. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos emitió una orden para detener la deportación.
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