Rusia intensificó ayer su ofensiva para conquistar una ciudad estratégica del este de Ucrania, región donde los separatistas prorrusos condenaron a muerte a dos británicos y un marroquí que luchaban en las filas ucranianas, en medio de los reclamos de Kiev por más armas para contrarrestar estos avances. Severodonetsk y la vecina Lysychansk se convirtieron en el centro de la ofensiva de Moscú, en su tentativa de hacerse con toda la cuenca minera del Donbass.
Los británicos Aiden Aslin y Shaun Pinner y el marroquí Saadun Brahim fueron capturados precisamente por los separatistas que ya controlan esa región desde 2014. Los tres fueron “acusados de haber participado en los combates como mercenarios”, informó la agencia oficial rusa Tass, y condenados a muerte por la corte suprema de Donetsk, una república autoproclamada y reconocida por el Kremlin antes de lanzar la invasión a Ucrania.
El gobierno británico manifestó su “profunda preocupación” por esas sentencias y exigió que se dé a sus dos ciudadanos un tratamiento de “prisioneros de guerra”, consignó la agencia de noticias AFP.
Durante el juicio, los tres extranjeros se declararon culpables de cometer “acciones destinadas a tomar el poder y derrocar el orden constitucional de la República Popular de Donetsk”, aseguró la agencia de noticias Interfax.
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