Dos nuevos tiroteos dejaron al menos cinco muertos en Estados Unidos mientras en Uvalde, Texas, sepultaban a una de las dos maestras asesinadas en la reciente masacre en una escuela primaria y la ciudad de Nueva York analizaba declarar el estado de emergencia por la violencia creciente con armas de fuego.
Uno de los tiroteos se produjo cuando un hombre con un fusil abrió fuego en un campus del centro médico St. Francis, en Tusla, Oklahoma (estado del centro-sur de Estados Unidos) y provocó cinco muertos -incluso él mismo- y varios heridos, informaron autoridades.
“Podemos confirmar que cinco personas fallecieron, incluido el atacante, en el tiroteo”, publicó la Policía de Tusla en Twitter. “Una escena catastrófica”, dijo el sargento Richard Meulenberg, según la televisora CNN y la agencia de noticias ANSA. El policía agregó: “Un sospechoso fue abatido. No sé en este momento si le disparamos o él mismo se disparó”, según la agencia Europa Press.
En tanto, el concejal de Tulsa Jayme Fowler dijo a la emisora local Kotv que el sospechoso se suicidó. Por su parte, el vocero del Departamento de Bomberos de Tulsa, Andy Little, dijo que “el sospechoso disparó y mató a varias personas”.
Little aseguró que al menos una persona fue sacada del hospital con heridas graves y que les dijeron que el atacante “entró con un rifle”.
Darin Glodo, del departamento de Policía de Tulsa, dijo que el tiroteo fue en el Natalie Medical Building, un edificio de consultorios médicos del hospital de Saint Francis.
La policía revisó todos los pisos del centro médico. A su vez, al menos una persona resultó herida por disparos de arma de fuego cerca de un supermercado Walmart en Pennsylvania, informaron medios estadounidenses. La policía había comenzado una persecución para hallar al agresor y el principal sospechoso era un afronorteamericano que usaba una remera azul y blanca.
La policía cerró parte de la autopista estatal 315, en los alrededores de Pittston Township, en el condado de Luzeme, para facilitar la búsqueda. Estos dos nuevos sucesos se produjeron mientras en Uvalde, Texas, sepultaban a Irma García, una de las dos maestras asesinadas la semana pasada en una masacre en una escuela primaria, que dejó 21 muertos (19 niños y dos docentes).
A esas víctimas se sumó el esposo de Irma, fallecido a los pocos días de un ataque cardíaco. García, de 48 años, fue una de las personas asesinada por Salvador Ramos, de 18 años, que ingresó con un rifle semiautomático a la primaria Robb Elementary el 24 de mayo y desató la masacre.
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