En una nueva maniobra de presión contra el gobierno de Putin por la invasión a Ucrania, Estados Unidos anunció ayer sanciones contra la industria petrolera rusa y su sistema de defensa, con el objetivo de “restringir la maquinaria de guerra” del Kremlin.
El gobierno de Biden también informó que tomará medidas para responsabilizar a la dictadura de Bielorrusia, aliada de Moscú, por permitir la invasión de Ucrania. En un comunicado, indicaron que las sanciones “debilitarán la defensa rusa y su poder militar, apuntará a las fuentes de riqueza más importantes de Rusia y prohibirá el acceso de sus aerolíneas al espacio aéreo de Estados Unidos”. Washington ampliará las restricciones contra el régimen de Lukashenko para ahogar su importación de bienes tecnológicos: “Esta acción degradará significativamente la capacidad de ambos países para mantener su agresión militar y proyectar poder”.
Según el Gobierno, esta medida “limitará gravemente la capacidad de Rusia y Bielorrusia para obtener los materiales que necesitan para apoyar su agresión militar contra Ucrania”.
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