El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández se entregó ayer a la Policía, como corolario de un trámite veloz que se inició el lunes por la noche con el ingreso de un pedido de extradición de la justicia de Estados Unidos por delitos vinculados con el narcotráfico, siguió al mediodía con la designación de un juez para hacerse cargo del expediente y terminó con la emisión de una orden de captura contra el hombre que ejerció el poder en su país hasta hace menos de tres semanas.
Vestido de azul, Hernández salió de su vivienda e inmediatamente un grupo de las decenas de policías que rodeaban su casa le colocó un chaleco antibalas y lo esposó de pies y manos para trasladarlo a una unidad policial para ser presentado posteriormente ante el juez.
El magistrado Edwin Ortez fue designado ayer mismo por la Corte Suprema de Justicia (CSJ) hondureña para hacerse cargo del expediente de extradición de quien entregó el Gobierno el último 27 de enero a la actual mandataria, Xiomara Castro.
Se estimaba ayer que la tramitación del pedido de extradición podría demorar de tres a cuatro meses.
Hernández, cuyo hermano está preso y condenado a cadena perpetua en Estados Unidos por narcotráfico, fue acusado por ese mismo país de haber participado, de 2004 y hasta 2022, en el tráfico de al menos 500 toneladas de cocaína.
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