Los equipos de rescate excavaron ayer un túnel de 32 metros para sacar a Rayan, el niño de cinco años que cayó en un pozo de esa profundidad el pasado martes hacia las dos de la tarde. Este viernes por la mañana, los socorristas intentaban acceder a Rayan a través de un túnel horizontal. Todo el país estaba pendiente de ese agujero que se encuentra en una pequeña aldea llamada Igrán (Ighrane, en francés), perteneciente a la comuna de Tamorot, en la provincia norteña de Chauen.
El padre comentó el miércoles al sitio digital Le360, cuando el niño llevaba 25 horas atrapado: “Es mi pozo, yo estaba reparándolo y Rayan estaba a mi lado. En un momento dado él se cayó y yo no me di cuenta. Alertamos a las autoridades y todos los vecinos han venido a apoyarnos. Todo el mundo ha hecho lo máximo para que él salga con vida y que yo pueda cogerlo entre mis brazos esta noche. Pero no les oculto que tanto su madre como yo estamos destrozados y muy nerviosos”.
Este mismo medio local señalaba que los socorristas han deslizado una cámara por el agujero donde cayó Rayan y han detectado este viernes por la mañana un “pequeño movimiento” en el lugar donde supuestamente se encuentra el niño. Ese movimiento ha sido interpretado como “un signo de vida”.
El portavoz del Ejecutivo marroquí, Mustafa Baitas, indicó en la rueda de prensa del jueves posterior al Consejo de Ministros que el Gobierno se había movilizado “fuertemente”. Aclaró que no habría ningún problema en pedir ayuda.
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