Xiomara Castro asumió ayer como presidenta de Honduras, la primera mujer en llegar a ese cargo, en un acto desarrollado en el Estadio Nacional de Tegucigalpa, que estuvo colmado por sus seguidores y con el primer desafío de apagar una crisis en el Parlamento que ya amenaza su liderazgo.
Castro juró ante la jueza Karla Lizeth Romero, luego de que Luis Redondo, presidente de la junta paralela del Congreso Nacional, iniciara la sesión.
“Prometo ser fiel a la República, cumplir y hacer cumplir la Constitución y sus leyes”, juramentó Castro, mientras su nieta, Irene Zelaya, sostenía la Carta Magna de la República y su esposo, Manuel Zelaya, desplegaba la banda presidencial que utilizó durante su mandato, interrumpido por un golpe de Estado en 2009, y se la traspasó a Castro. Precisamente sobre el conflicto parlamentario, el miércoles Castro le ofreció al disidente Jorge Cálix el puesto de Coordinador de Gabinete, y el otro presidente del Congreso agradeció y quedó en que “pronto” recibirá su respuesta.
Ya en el acto de ayer, tras destacar en el inicio de su discurso la presencia de la vicepresidenta argentina Cristina Fernández, de la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris y del rey de España Felipe VI, Castro dijo que “la Presidencia nunca ha sido asumida por una mujer en Honduras, han tenido que pasar 200 años desde que se proclamó la independencia”, y señaló que con su asunción se están “rompiendo cadenas” y “tradiciones”.
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