Italia votará desde hoy al próximo presidente de la República, que sustituirá a Sergio Mattarella a partir del 3 de febrero, cuando concluya su mandato actual de siete años.
Los partidos italianos prometieron ayer candidatos de alto nivel, en vísperas de esta importante votación en el Parlamento, y, aunque sin revelar sus cartas, tendieron la mano al diálogo, conscientes de que el acuerdo dependerá de pactos.
El huracán desatado por la aspiración de Silvio Berlusconi a la jefatura del Estado ya amainó, al anunciar con pesar su renuncia, y ahora, una vez descartada una figura tan divisoria, los bloques de derecha e izquierda piensan en sentarse a negociar. Las principales fuerzas se reunieron ayer, tanto en solitario como en coaliciones, para trazar una estrategia, ya que hoy deberán apostar por un nombre que sustituya en los próximos siete años a Mattarella en el Palacio del Quirinal.
El procedimiento
El Parlamento será convocado en sesión conjunta de 1009 “grandes electores” -630 diputados, 321 senadores y 58 delegados regionalespara empezar a votar al hombre o la mujer que ejercerá la más alta distinción del país, pero la batalla política no se prevé fácil ni rápida. Tal es así que algunos políticos, como el senador Matteo Renzi, ya han avisado de que habrá que esperar al jueves para una posible “fumata blanca”, ya que a partir de la cuarta votación el quórum se reduce a la mayoría absoluta. Antes se requiere el voto de dos tercios del Parlamento y, al día de hoy, es una meta inalcanzable.
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