El papa Francisco reconoció que la pandemia ha agravado tensiones en algunos matrimonios y les aconsejó ser más cariñosos y recordar palabras clave: “Por favor, gracias y lo siento”.
El pontífice escribió una carta divulgada ayer, un feriado católico que conmemora a la familia de Jesús.
La carta surge en medio de un año que Francisco ha dedicado a la familia y que deberá concluir en junio con un gran encuentro de familias en Roma.
Hablando en la ventana de su estudio ayer, Francisco aseveró que la carta es su “regalo de Navidad a las parejas casadas”. Las llamó a seguir teniendo hijos para contrarrestar “el invierno demográfico” que, en Italia, ha llevado a una de las tasas de nacimiento más bajas del mundo.
“Quizás no nacimos en una familia excepcional libre de problemas, pero nuestra familia es nuestra historia. Todos deben pensar: Esta es mi historia”, declaró el pontífice. “Son nuestras raíces. Si las cortamos, ¡se acaba la vida!”, añadió.
En la carta, Francisco reconoció que los confinamientos y las cuarentenas han obligado a las familias a pasar más tiempo juntas. Esa convivencia forzada, relató, a veces puso a prueba la paciencia de padres y hermanos y, en algunos casos, condujo a verdaderas dificultades.
“Los problemas preexistentes se agravaron generando conflictos que en algunos casos se volvieron casi insoportables. Muchos incluso experimentaron la ruptura de una relación”, escribió el Papa.
También recordó a las parejas que la ruptura de un matrimonio es particularmente difícil para los niños, quienes ven a sus padres como una fuente constante de estabilidad, amor, confianza y fortaleza.
“La ruptura de un matrimonio causa un sufrimiento inmenso, ya que muchas esperanzas se frustran, y los malentendidos pueden llevar a discusiones y heridas que no se curan fácilmente”, dijo.
UN “REGALO DE NAVIDAD”
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