Bruselas
Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea debatieron formas de contrarrestar la amenaza de una posible invasión rusa a Ucrania.
Funcionarios de inteligencia de Estados Unidos dicen que Rusia ha trasladado 70.000 soldados a la frontera con Ucrania y está preparando una posible invasión a principios del próximo año. Moscú niega dichos planes y asegura que esas preocupaciones occidentales son parte de una campaña de difamación.
“La Unión Europea se mantiene unida en apoyo de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania’’, declaró el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, después de presidir la reunión. “Cualquier agresión contra Ucrania tendrá consecuencias políticas y un alto costo económico para Rusia’’.
Lituania asegura que no se trata de una simple amenaza. “Estamos convencidos de que Rusia se está preparando para la guerra total contra Ucrania’’, expresó el canciller lituano Gabrielius Landsbergis.
Pero las grandes potencias de la UE, Francia y Alemania, y otros miembros del bloque de 27 países más alejados de las fronteras rusas no comparten la misma evaluación que Estados Unidos, Polonia, Estonia, Letonia y Lituania. Reconocen los movimientos de tropas rusas, pero no consideran un ataque inminente.
En 2015, Francia y Alemania fueron intermediarios para un acuerdo de paz que ayudó a poner fin a las hostilidades en el este de Ucrania, donde las fuerzas ucranianas han estado luchando contra los separatistas respaldados por Moscú desde 2014, cuando Rusia se anexó la península ucraniana de Crimea.
Los esfuerzos para llegar a una solución política al conflicto separatista -que ha matado a más de 14.000 personas en siete años- han fracasado. Las escaramuzas esporádicas continúan a lo largo de la tensa línea de contacto. Moscú ha descartado más conversaciones de paz.
PRIMERAS SANCIONES
Mientras, la Unión Europea (UE) sancionó el lunes al grupo paramilitar ruso Wagner, lanzando una advertencia de que cualquier acción hostil contra Ucrania recibirá como réplica una respuesta económica sin precedentes.
Tras la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G7 en Liverpool el fin de semana, donde Estados Unidos y sus principales aliados advirtieron al Kremlin que habrá “enormes consecuencias” si invade Ucrania, los jefes de la diplomacia del bloque se reunieron el lunes en Bruselas.
La primera medida anunciada fue la aprobación de sanciones contra ocho personas y tres empresas asociadas a la compañía militar privada Wagner.
Después expresaron su disposición a imponer medidas contra la economía de Rusia, si el estacionamiento de tropas en la frontera con Ucrania conduce a una acción militar directa.
Borrel insistió en que todos los ministros “fueron muy claros en que cualquier agresión contra Ucrania va a implicar consecuencias políticas con un costo muy alto para Rusia”.
“Estamos coordinándonos globalmente con nuestros socios transatlánticos y otros aliados”, agregó.
En este sentido, el primer ministro británico, Boris Johnson, instó ayer al presidente ruso Vladimir Putin a “desescalar las tensiones” en Ucrania, advirtiendo que una intervención militar sería un “error estratégico” con graves “consecuencias”, informó su despacho.
Esta es la primera cita con sus pares de la jefa de la diplomacia de Alemania, Annalena Baerbock, la política del Partido Verde que asumió el cargo la semana pasada con el gobierno del nuevo canciller Olaf Scholz.
ADVERTENCIAS SOBRE EL GASODUCTO
Berlín tiene una de las cartas más importantes si se adoptan sanciones, por ejemplo un bloqueo del gasoducto Nord Stream 2 construido por Gazprom entre Alemania y Rusia
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