LONDRES
La reina Isabel II, de 95 años, recibió ayer al jefe de estado mayor británico Nick Carter, en su primera aparición pública desde su ausencia en una ceremonia oficial el domingo.
“Su Majestad recibió al general Sir Nicholas Carter en el Castillo de Windsor hoy”, dijo el Palacio de Buckingham en un breve comunicado.
Las imágenes del encuentro muestran a la reina de pie con un vestido de flores hablando con el militar uniformado, que está a punto de dejar su puesto.
El estado de salud de la soberana, que ha reinado durante casi 70 años, es motivo de preocupación desde que sus médicos la pusieron a descansar y pasó una noche en el hospital a fines de octubre. Isabel II debía reaparecer en público el domingo, observando desde un balcón una ceremonia en homenaje a las víctimas de las guerras. Pero su participación fue cancelada a último minuto debido a que tenía un dolor en la espalda.
La reina solo había faltado a la ceremonia, a la que asistió el primer ministro Boris Johnson y numerosos políticos, en otras seis ocasiones durante su largo reinado, bien porque estaba de viaje en el extranjero o porque estaba embarazada de sus dos hijos menores. Su hijo y heredero al trono, el príncipe Carlos, depositó una corona de flores en nombre de su madre en el Cenotafio, un monumento de guerra en el centro de Londres, como ha hecho desde 2017.
Es precisamente a partir de esa fecha que Isabel II empezó a confiar algunas de sus funciones a otros miembros de la Familia Real. El 20 de octubre, Isabel II aceptó “a regañadientes” el consejo de sus médicos de guardar reposo durante unos días. Un día antes, participaba en una recepción en el castillo de Windsor junto al premier Johnson y el hombre de negocios estadounidense Bill Gates.
Isabel II pasó la noche siguiente en el hospital, su primera internación desde 2013, para someterse a pruebas sobre las que no se dieron detalles.
Las informaciones publicadas por la prensa avivaron las dudas sobre su salud, así como las críticas sobre la falta de transparencia del palacio de Buckingham. Los médicos aconsejaron a la reina prolongar su reposo y anular su participación en varios actos públicos.
Por eso, Isabel II no asistió a la COP26, la conferencia mundial sobre el clima que tuvo lugar en Glasgow. Los príncipes Carlos y William representaron a la familia real. También anuló un viaje de dos días a Irlanda del Norte.
Isabel II, cuyo esposo, el príncipe Felipe, murió en abril a la edad de 99 años, fue vista hace poco caminando con un bastón, un hecho que no se veía desde 2004. Pero también fue vista al volante de su Jaguar, en las tierras del castillo de Windsor, a 40 km de Londres, su lugar principal de residencia en este momento, lo que alivió a los británicos.
“Ella está bien, muchas gracias”, aseguró ayer el príncipe Carlos, heredero de la corona, en SkyNews al margen de un viaje a Jordania. “A los 95 años, ya no es tan fácil como antes. Ya es bastante duro a los 73 años”, detalló el septuagenario en referencia a sí mismo.
El premier Johnson ha intentado tranquilizar a la opinión pública sobre el estado de salud de la monarca. El domingo reveló que tuvo una audiencia con ella el miércoles 10, pero sin cámaras. “Estaba muy bien”, comentó a los periodistas.
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