El nuevo embate del coronavirus en Europa está obligando a recuperar restricciones que pocos creían que volverían a ver tras las campañas de vacunación. El virus no solo no ha desaparecido, sino que unos cuantos países del centro y el este de Europa padecen en este segundo otoño de Covid-19, su peor ola desde el comienzo de la crisis.
Las incidencias elevadas se están registrando sobre todo en territorios con bajas tasas de vacunación, de ahí que las autoridades alemanas hayan bautizado el fenómeno que azota a media Europa como la “pandemia de los no vacunados”. El virólogo estrella de este país, Christian Drosten, asegura en su podcast semanal que habrá que discutir la introducción de medidas que se esperaba “haber podido dejar atrás”.
Algunos países ya lo han hecho o están a punto. Toques de queda nocturnos para no vacunados, cierre de bares y restaurantes y la palabra más temida: confinamiento, en este caso para los que se resisten a inmunizarse. Los servicios de Salud de muchos Estados están al límite o ya sobrepasados, como ocurre en Rumanía y Bulgaria, donde las muertes diarias por la enfermedad superan a las registradas en las olas precedentes. Ambos países tienen a la gran mayoría de su población todavía sin vacunar. El epidemiólogo alemán Hajo Zeeb, del Instituto Leibniz, cree que a Europa le ha pillado el otoño desprevenida, con tasas de vacunación muy mejorables que se suman “a la llegada del frío y la consiguiente mayor actividad en interiores y la relajación de las medidas de protección en la vida pública y privada”.
Alemania lleva días batiendo el récord de nuevos casos diarios de coronavirus de toda la pandemia. El jueves registró 50.000 positivos, una cifra inédita que asusta a las autoridades porque crece muy rápido y día a día se va traduciendo en la llegada de nuevos pacientes a las unidades de cuidados intensivos del país. El mayor hospital de Berlín, la Charité, ha anunciado que suspende todas las cirugías programadas. La canciller en funciones, Ángela Merkel, y su ministro de Sanidad, Jens Spahn, se reunirán la semana que viene con los Estados federados para pactar medidas, pero muchos ya están volviendo a imponer restricciones por su cuenta. En Sajonia, por ejemplo, ya no sirve enseñar una prueba negativa para entrar a un bar o un restaurante, como hasta ahora. Solo aceptan vacunados y recuperados. Berlín lo impone el próximo lunes.
Por primera vez, se discute en un país poco dado a imponer obligaciones a sus ciudadanos que determinados colectivos, como los cuidadores y los sanitarios, deban tener la vacunación en regla para poder trabajar. El Gobierno ha aprobado volver a ofrecer gratis test de antígenos.
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