Al menos seis personas murieron y unas 30 resultaron heridas ayer en la capital del Líbano por tiroteos registrados en una protesta de los movimientos chiitas Hezbollah y sus aliados Amal, contra el juez que investiga la explosión del año pasado en el puerto de Beirut, hechos que dejaron además nueve detenidos, entre ellos un sirio.
Varios sectores de Beirut se convirtieron en una zona de guerra. Disparos incesantes y explosiones resonaban cerca del Palacio de Justicia, ante el que se habían reunido centenares de manifestantes, vestidos de negro, algunos de ellos armados.
Según esas informaciones, los enfrentamientos incluyeron francotiradores y el uso de pistolas, fusiles Kalashnikovs y lanzadoras de granadas, en una peligrosa escalada de las altas tensiones por la investigación del estallido en el puerto.
Ráfagas de disparos resonaban en Beirut y las ambulancias acudían al lugar haciendo sonar sus sirenas.
El Ejército, que había registrado disparos en varias zonas, acordonó los lugares para “buscar a las personas que habían disparado y detenerlas”, mientras algunos testigos dijeron haber visto a francotiradores disparando desde edificios.
El ministro de Interior, Bassam Mawlawi, dijo en una conferencia de prensa que ya había seis muertos y que algunos habían recibido una bala mortal en la cabeza, lo que confirma la hipótesis de “francotiradores”.
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