Los países del G20 decidieron dejar de lado sus diferencias sobre la crisis en Afganistán y se comprometieron a brindar ayuda humanitaria al país asiático, según informó ayer el primer ministro de Italia y organizador de la cumbre telemática del grupo, Mario Draghi, quien admitió que para ello deberán “involucrar” al Gobierno talibán.
“Resulta muy difícil ayudar a los afganos sin involucrar al Gobierno de los talibanes, pero ello no implica su reconocimiento”, aseguró Draghi, en una conferencia de prensa.
“Somos conscientes de la emergencia y de las enormes responsabilidades que tiene el G20 con los afganos y Afganistán, donde hemos permanecido por 20 años”, sentenció.
El grupo que reúne a los 19 países más ricos del mundo, a los que se suma la Unión Europea, comenzó la cumbre sobre la situación en Afganistán con la promesa de la UE de dar una ayuda de 1160 millones de dólares para contribuir a evitar una crisis humanitaria. “Lo que nos preocupa es el aislamiento económico del país (...) y la gran cantidad de personas desplazadas, 600.000 dentro del país. Eso tiene un efecto desestabilizador bastante poderoso”, señaló la Presidencia francesa, tras recalcar que no se pusieron condiciones para que Afganistán reciba ayuda humanitaria.
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