La sentencia del Tribunal Constitucional de Polonia, que rechaza la compatibilidad de una parte del Tratado europeo con la Carta Magna de ese país y pone en duda el acatamiento de las sentencias europeas, provocó consternación en casi todas las capitales de la Unión Europea e inquietud por el riesgo de que se quiebre el orden jurídico comunitario. La Comisión Europea y los gobiernos de Alemania y Francia han salido en tromba este viernes para advertir a Varsovia que el ingreso voluntario en la Unión conlleva “el cumplimiento de sus normas y el acatamiento de todas las sentencias dictadas por el Tribunal de Justicia europeo”.
Bruselas indicó que estudiará rápidamente el veredicto polaco y actuará en consecuencia para garantizar que el derecho de la UE prevalece sobre el nacional. “Usaremos todos los poderes que nos conceden los Tratados para garantizar que es así”, ha señalado la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, en un tajante comunicado leído con tono solemne por su portavoz.
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