Un enfrentamiento reportado este martes entre bandas por el control de una cárcel en Guayaquil dejó al menos 116 muertos, algunos de ellos decapitados y otros mutilados, un número impreciso de heridos y al sistema penitenciario de todo el país en estado de excepción, según dispuso hoy el presidente Guillermo Lasso, quien prometió “controlar la emergencia, garantizando los derechos humanos” de los reos.
"Los saldos al momento nos dicen que hay 116 fallecidos y cerca de 80 heridos, y todas son personas privadas de la libertad", informó el mandatario esta noche, en conferencia de prensa en Guayaquil, donde encabezó una reunión del Comité de Seguridad para afrontar el caso.
Más temprano, el Servicio de Atención Integral para Personas Privadas de Libertad (SNAI) había reportado "más de 100 muertos" y 52 heridos, aunque entonces todavía quedaban cuerpos por recuperar, después de que los primeros informes mencionaran 30 víctimas fatales, de las cuales al menos cinco fueron decapitadas.
La morgue de Guayaquil se convirtió en otro escenario de la tragedia, debido a que desde la mañana familiares de los presos muertos fueron a retirar los cuerpos. Lasso viajó a Guayaquil, donde encabezó una reunión del Comité de Seguridad, apenas después de disponer el estado de excepción por 60 días, que implica inicialmente que los presos tiene suspendidos sus derechos de libertad de asociación y reunión.
“Vamos a coordinar las acciones necesarias que controlen la emergencia, garantizando los derechos humanos de todos los involucrados”, explicó el mandatario en su cuenta de la red Twitter. El motín de ayer derivó de una pelea entre grupos organizados en el Centro de Privación de Libertad Número 1, ubicado en Guayaquil, capital del departamento de Guayas, con detonaciones de armas de fuego y explosiones en varios pabellones.
Las autoridades activaron los protocolos de seguridad y evacuaron al personal administrativo de la prisión, al tiempo que instalaron un comité de crisis formado por la Policía Nacional y el SNAI para enfrentar la situación.
Medios locales publicaron que el origen del enfrentamiento estuvo en el festejo de cumpleaños de un líder de Los Choneros, una de las bandas internas, y el mensaje de que ellos “controlaban” el penal, lo que generó el ataque de Los Lagartos y Los Tiguerones, los otros dos grupos con fuerte presencia interna.
Unos 400 uniformados ingresaron al centro de detención y, tras más de tres horas, lograron retomar el control de la cárcel. Sin embargo, anoche la Policía activó nuevamente el protocolo de seguridad con unidades tácticas en el reclusorio al detectar nuevos enfrentamientos.
A una primera cifra de 26 muertos se agregaron a última hora otros cuatro, con lo que el número anoche llegó a 30, pero ahora el SNAI admite que los choques fueron aún mucho más graves.
El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas dijo que continúa ejecutando operaciones de seguridad en exteriores del centro penitenciario, con vehículos sin armamento letal, para proteger la integridad y bienestar de la población y evitar probables fugas de los reos, reportó la agencia Sputnik.
Un video difundido en redes sociales mostró el ingreso de un tanque blindado al centro penitenciario, adonde llegaron también otros camiones militares con soldados que rodearon la cárcel. La Fiscalía de Guayas puso en marcha una investigación y el SNAI suspendió las actividades administrativas "no prioritarias" en el complejo.
En lo que va del año Ecuador ya registraba más de un centenar de muertos en los penales del país, con una de las más grandes masacres ocurrida el 23 de febrero último en las cárceles de Libertad Zonal 8 y Sierra Centro Norte, en la provincia de Cotopaxi, y en Cuenca, en la provincia de Azuay, que se saldó con 80 presos fallecidos. Ya en julio, Lasso declaró el estado de emergencia en el sistema carcelario del país y cambió al director del SNAI, optando por Fausto Cobo. Pero esta misma semana el mandatario nombró a Cobo como nuevo director del Centro de Inteligencia Estratégica, por lo que el coronel Bolívar Garzón, ex responsable de la cárcel de Cotopaxi, fue designado para liderar ahora el SNAI.
Debido a la crisis penitenciaria, alimentada por la sobrepoblación, corrupción, insuficiencia de guardias y violencia, los militares apoyan desde hace meses el control exterior de las cárceles guayaquileñas.
Las bandas que suelen enfrentarse por el control de los centros están vinculadas, según la prensa local, a los carteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
Además de insuficiencia de guardiacárceles, el país sufre un fuerte hacinamiento en todos sus penales (se estima que hay 39.000 presos para una capacidad de 30.000), cercano al 30 %. Por la pandemia de COVID-19, el SNAI aceptó recomendaciones de la ONU y liberó a presos que cumplían las condiciones para acogerse a beneficios penitenciarios, con lo que el hacinamiento bajó 13 puntos porcentuales, reseñó el sitio Primicias.
El gobierno de Lenin Moreno, antecesor de Lasso, tenía en carpeta un plan para bajar aún más el número de internos, a partir de la salida de presos por delitos menores que hubieran cumplido el 40 % de la pena si fueron juzgados hasta 2014 y el 60 % para juzgados después, y del envíos a sus países de origen de los condenados extranjeros. (Télam)
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