El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, criticó ayer a la Corte Suprema por la falta de intervención judicial y permitir así que entrara en vigencia una ley que restringe fuertemente el aborto en Texas.
Horas antes, en medio de la noche, un tribunal superior profundamente dividido permitió que la ley se mantuviera en vigor en la restricción de abortos más grande de Estados Unidos desde que el tribunal lo legalizó en todo el país hace medio siglo.
La corte votó 5-4 para denegar una apelación de emergencia de los proveedores de servicios de aborto y otros, pero también sugirió que su orden probablemente no fue la última palabra y que se pueden presentar otros desafíos.
Biden publicó en Twitter que la Ley 8 del Senado “de Texas perjudicará significativamente el acceso de las personas a la atención médica que necesitan, en particular para las comunidades de color y las personas de bajos ingresos”.
“Estamos profundamente comprometidos con el derecho constitucional establecido en Roe vs Wade y protegeremos y defenderemos ese derecho”, agregó el mandatario.
La vicepresidenta, Kamala Harris, también se pronunció en Twitter y reivindicó las palabras del presidente.
Biden agregó desde la cuenta oficial del presidente que “el fallo de la Corte Suprema de la noche a la mañana es un asalto sin precedentes a los derechos constitucionales” conseguidos en el caso de Roe contra Wade. “Ahora, completos desconocidos podrán introducirse en las decisiones de salud más privadas. La ley ni siquiera permite excepciones en casos de violación o incesto”, exclamó.
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