Luego del terremoto que a mediados de mes provocó más de 2200 muertos y casi 13.000 heridos en Haití, los saqueos y los problemas de distribución lastran la llegada de ayuda humanitaria. Con más de medio millón de personas que se han quedado sin nada, la demora en el reparto de agua, alimentos, carpas y todo tipo de enseres aviva el fantasma del sismo de 2010.
Un camión con ayuda humanitaria de la organización irlandesa Concern está parado a la orilla de un río en la comunidad de Maniche, en las montañas del departamento sur de Haití, mientras una turba desvalija su interior. A su vez, varios jóvenes subidos al vehículo lanzan atropelladamente los enseres de su interior: papel higiénico, compresas, cepillos de dientes, jabón, colchas y toldos para protegerse de la lluvia y el calor. Los conductores, impotentes, se limitan a esperar a que el saqueo acabe en su cabina para después cerrar las puertas y seguir su camino.
El papa Francisco donó 200.000 euros para las víctimas. Según anunció el Vaticano, el Pontífice “decidió enviar una aportación inicial de 200.000 euros para ayudar a las poblaciones en esta emergencia, que está ligada a la ya difícil situación por Covid-19”.
TERREMOTO
COMENTARIOS