La autoridad electoral de Perú terminó ayer el escrutinio del balotaje del 6 de junio, en el que el sindicalista de izquierda Pedro Castillo se impuso a la populista de derecha Keiko Fujimori, aunque aún faltaban trámites para que sea proclamado como presidente electo.
Castillo aventajó a Fujimori por poco más de 44.000 votos entre más de 17,6 millones de sufragios válidos (50,125% a 49,875%), según publicó la Oficina Nacional de Procesos Electorales (Onpe) en su sitio web.
No obstante, para que Castillo sea proclamado presidente electo aún faltaba que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) resolviera de solicitudes de anulación de la votación en cientos de mesas, hechas por los dos candidatos debido a supuestas irregularidades en la confección de las respectivas actas.
El final del ajustado escrutinio llegó en medio de un clima de tensión creciente, causado por la decisión de los partidos contendientes -sobre todo, el de Fujimori- de hacer valer la mayoría de esas solicitudes, que, según el JNE, fueron entregadas fuera del plazo legal.
También por la propuesta de anular las elecciones y convocar a nuevos comicios, hecha por un puñado de figuras políticas relevantes y rechazada por la mayoría de dirigentes y especialistas.
Perú llegó a este proceso electoral en su peor crisis política del siglo, que consumió cuatro presidentes y dos Congresos en lo que va del actual período quinquenal de Gobierno, que finalizará el 28 de julio próximo.
FALTA RESOLVER IMPUGNACIONES
COMENTARIOS