Al menos diez cohetes fueron disparados contra una base en la que hay desplegados soldados estadounidenses en el oeste de Irak y un contratista civil murió de un ataque cardíaco tras el episodio, informaron fuentes de los servicios de seguridad.
Los cohetes cayeron en la base de Ain Al Asad, en la que hay tropas iraquíes y extranjeras, y varios de ellos terminaron dentro de la zona donde están los soldados estadounidenses de la coalición internacional antiyihadista, dijeron las fuentes.
“Las fuerzas de seguridad iraquíes están llevando a cabo la investigación”, dijo en Twitter el coronel Wayne Marotto, portavoz estadounidense de la coalición internacional antiyihadista.
Un contratista civil, cuya nacionalidad no se ha precisado, murió debido a una crisis cardíaca tras este ataque, según las fuentes de seguridad.
Esta agresión llega a dos días de la llegada del papa Francisco a Irak y muestra la dificultad logística que supone organizar la visita del pontífice.
A las restricciones sanitarias debido a la pandemia del coronavirus se suman las tensiones entre las dos potencias más influyentes en Irak, Irán y Estados Unidos.
Fuentes de los servicios de seguridad iraquíes explicaron que los proyectiles se habían disparado desde un pueblo cercano a la base y según fuentes de seguridad occidentales eran cohetes “Grad”, concretamente de tipo “Arash”, de fabricación iraní y más potentes que los usados recientemente.
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