Unión Europea vacuna
CORONAVIRUS

La Unión Europea invoca poderes excepcionales para intervenir la producción de vacunas anticovid

Bruselas se reservará el derecho a prohibir las exportaciones de viales en respuesta a la crisis con AstraZeneca y sopesa imponer medidas a las compañías para expandir la fabricación.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, pidió que se esgrima el artículo 122 del Tratado de la Unión Europea para poder imponer a las farmacéuticas medidas draconianas que garanticen el suministro de las dosis esperadas en cada país de la UE.
Los poderes excepcionales invocados podrían llegar hasta una intervención de las compañías para controlar su producción de vacunas u obligarles a producirlas en factorías de otros laboratorios. La Comisión Europea prefería conformarse con un control de las exportaciones, para evitar que las dosis salgan de la UE. Pero el Consejo, formado por los 27 gobiernos de la UE, reclama medidas mucho más duras. El recurso a un artículo del Tratado pensado solo para catástrofes naturales y crisis que escapan al control de un Estado revela la profunda preocupación y enfado que reina en las capitales europeas ante los fallos en la entrega de dosis protagonizados primero por Pfizer y después por AstraZeneca.
Fuentes europeas señalan que los poderes excepcionales permitirán imponer a las farmacéuticas medidas que garanticen el cumplimiento de los contratos suscritos con la Comisión. En caso de que se repitan los fallos de suministro vividos en los primeros compases de las campañas de vacunación, Bruselas podría obligar a las farmacéuticas a subcontratar la producción a otras compañías, como lo hizo de forma voluntaria Pfizer con Sanofi. La norma que plantea el Consejo también permitiría obligar a los laboratorios a compartir sus conocimientos, liberando la propiedad intelectual de las vacunas. Y podría exigir la distribución de las vacunas a los Estados miembro a medida que se vayan fabricando, sin esperar a que reciban el aprobado de la Agencia Europea del Medicamento, tal y como se requiere ahora.
Las medidas podrían agravar la crisis diplomática y geoestratégica que empezó a producirse a raíz del inicio de las campañas de vacunación. La UE y el Reino Unido ya tuvieron roces porque las vacunas de AstraZeneca fabricadas en las plantas de la compañía en suelo británico y reservadas, según Bruselas, para el mercado europeo no están disponibles a solo unas horas de que la Agencia europea del Medicamento apruebe su utilización.
Londres, previsiblemente, reaccionará con virulencia si se intenta controlar la producción y la propiedad intelectual de una compañía como AstraZeneca, radicada en el Reino Unido. Y Moderna, compañía de EE. UU., es otra de las farmacéuticas que desarrolló una de las vacunas autorizadas y utilizadas en la UE. Fuentes europeas indican, sin embargo, que “los 27 líderes de Gobiernos de la UE han señalado una y otra vez que la vacuna es un bien público esencial”. Y señalan que la UE hará lo que sea necesario para que ese bien esté disponible como se había previsto y como se habían comprometido los laboratorios.

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