El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, intentó ayer distanciarse del magro desempeño de sus apadrinados y aliados en la primera vuelta de las elecciones municipales celebradas ayer, en las que sus candidatos tuvieron una cosecha de votos bajísima en ciudades clave como San Pablo, la capital económica y financiera del país, y prefirió destacar el persistente debilitamiento de la izquierda.
“La izquierda sufrió una histórica derrota en estas elecciones, en una clara señal de que la ola conservadora en 2018 llegó para mantenerse”, tuiteó el mandatario que hizo campaña por 13 candidatos a alcaldes, nueve de los cuales fueron derrotados en los comicios y dos deberán competir en segunda vuelta, y apoyó a 45 postulantes a concejales, de los que sólo 10 de ellos lograron una banca en las asambleas municipales.
“Mi ayuda a unos pocos candidatos a alcalde se resumió a cuatro lives de un total de tres horas”, agregó Bolsonaro.
El mandatario no se refirió a la victoria clave en San Pablo del candidato del centrista Partido de la Socialdemocracia Brasileña (Psdb), Bruno Covas, el más votado con el 32,8%, que disputará el balotaje con Guilherme Boulos, del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (Psol), que sumó el 20,2%, mientras que el candidato apoyado por Bolsonaro, Celso Russomanno, se ubicó en cuarto lugar con el 10,5%.
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