Los ciudadanos españoles salieron ayer sábado de forma masiva a las calles, plazas y parques en el primer día en que está permitido correr, andar en bicicleta o pasear, tras siete semanas de confinamiento por el coronavirus.
Sentimientos de alegría, euforia y preocupación se entremezclaron frente al nuevo paso que da España en el levantamiento de las restricciones, impuestas a la población para contener uno de los peores brotes de coronavirus en el mundo, que ha dejado en este país más de 25.000 víctimas mortales.
Ante el enorme desafío que supone la relajación del encierro, el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, pidió a los ciudadanos salir "con prudencia y responsabilidad" porque “el virus sigue estando ahí. Respetemos las indicaciones, sigamos las pautas de higiene y de distanciamiento”.
Después de que el domingo de la semana pasada se registraron algunas aglomeraciones preocupantes coincidiendo con la primera salida de los niños, el gobierno español decidió establecer franjas horarias para evitar que se produzca el mismo problema en las siguientes etapas de relajación del confinamiento.
Salida imparable
Las normas fijadas, sin embargo, no impidieron que muchísimas personas salieran al mismo tiempo y se dirigieran al mismo lugar, como es el paseo marítimo de Barcelona o los alrededores de los parques de Madrid, que permanecen cerrados, o zonas de playas en el País Vasco o Asturias.
"Me ha encantado poder salir finalmente a correr, pero no me esperaba tanta gente, parece un día de verano, o como si hubiera una maratón", dijo Estefano Lansa, un deportista que salió de su casa muy temprano y dos horas después se encontraba estirando las piernas en el paseo marítimo de Barcelona. "Aunque se intente respetar la distancia, el espacio es el que hay y todo el mundo quiere estar cerca del mar, pero seguramente en los próximos días eso va a cambiar. Si abrieran la playa habría más espacio", añadió el hombre de 40 años.
En el norte del país, las rutas se llenaron de ciclistas y las playas de surfistas, deportes que tienen muchos seguidores en la zona, aunque no en todos lados estaba permitido entrar en el mar. En Madrid la policía tuvo que sacar de los parques a algunos corredores que se habían "colado" con el argumento de que allí evitaban la aglomeración de las calles.
Aunque muchos esperaban con ansia el momento de salir, otros prefirieron quedarse en casa, decisión que incluso reafirmaron al ver las aglomeraciones que se produjeron en algunos lugares. "Si la gente se comporta así, yo no voy a salir", aseguró Anai Ibarra, una vecina del barrio de la Barceloneta que observaba con preocupación la salida masiva desde su balcón.
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