Miles de australianos salieron a las calles ayer para protestar contra la falta de acción del gobierno ante el cambio climático, tras meses de incendios forestales que han consumido miles de hectáreas de bosque y dejado al menos 27 muertos.
La indignación se extendió a Reino Unido, donde decenas de personas se reunieron en la avenida The Strand en el centro de Londres para criticar al primer ministro australiano, Scott Morrison, a quien un letrero lo describía como un “zopenco fósil”.
La crisis de los incendios forestales ha aumentado la presión sobre el gobierno conservador de Morrison para que adopte más medidas en la lucha contra el cambio climático, luego de que Australia mermara su compromiso con el acuerdo de París de Naciones Unidas el año pasado.
Las manifestaciones del ayer ocurrieron cuando las autoridades instaron a casi un cuarto de millón de personas a evacuar sus hogares y prepararon refuerzos militares, debido a las altas temperaturas y las condiciones peligrosas creadas por los fuertes vientos en la costa este.
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