Rusia y Turquía se pronunciaron hoy, a través de los presidentes Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan, a favor de bajar las tensiones en dos conflictos internacionales de relevancia con un pedido de alto el fuego en el conflicto interno de Libia, donde apoyan a bandos enfrentados, y con un reclamo a Irán y Estados Unidos para que no “incendien” más Oriente Medio.
Aunque se trató de un encuentro con una excusa económica -la inauguración de un tramo de un gasoducto-, la charla pasó por varios de los conflictos más candentes de la actualidad, y los mandatarios emitieron un comunicado en el que manifestaron su “profunda preocupación” por la escalada de tensión entre Estados Unidos e Irán.
En la nota, Putin y Erdogan advirtieron que el asesinato por parte de Estados Unidos del general iraní Qasim Soleimani el viernes pasado, motivo del ataque iraní de ayer, “socava la seguridad y la estabilidad en la región”.
“El intercambio de ataques y el uso de la fuerza por cualquier parte no contribuyen a encontrar soluciones”, afirma el documento, que advierte que ese camino “conduciría a un nuevo ciclo de inestabilidad y eventualmente dañaría los intereses de todos”.
La declaración conjunta también expresa el “compromiso” de Rusia y Turquía para reducir las tensiones en la región y pide retomar las negociaciones en Siria, donde los dos países tienen desplegadas tropas en bandos enfrentados.
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