Más de un millón de manifestantes prodemocracia salieron ayer a las calles de Hong Kong para celebrar el cambio de año y dar un nuevo impulso al movimiento, en una protesta marcada por choques con la policía y 400 detenidos.
La ex colonia británica vive desde junio su peor crisis desde su retrocesión a Beijing, en 1997. Las protestas para obtener reformas democráticas se han traducido en marchas pacíficas que congregan a millones de personas, pero también en violentos enfrentamientos entre policías y manifestantes.
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