El gobierno interino de Bolivia llamó ayer a dialogar a simpatizantes del ex presidente Evo Morales para desactivar las protestas que dejaron al menos 23 muertos y más de 700 heridos y evitar el desabastecimiento de La Paz, luego de que los cocaleros de Cochabamba dieran 48 horas a la autoproclamada mandataria Jeanine Áñez para que renuncie.
Sin embargo, el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, exigió el "repliegue" de las Fuerzas Armadas como condición para conversar.
La convocatoria, anticipada más temprano por otros funcionarios, fue formalizada esta tarde por la ministra de Comunicación, Roxana Lizárraga, y abarca a las autoridades del departamento La Paz y de la ciudad de El Alto, aledaña a la capital.
"Me es grato dirigirme a la valerosa ciudad de El Alto y en especial a sus personas representantes de los 14 distritos y las 20 provincias; el motivo de la presente es cordialmente participar en una mesa de trabajo y diálogo conjunto para atender sus respectivas demandas en busca de poder llegar a acuerdos que permitan pacificar", dijo al leer la carta de invitación, según la agencia noticiosa estatal ABI.
"No queremos nosotros intervenir a la fuerza porque no vamos a autorizar una intervención agresiva, vamos a esperar que se agoten los mecanismos de diálogo", agregó el ministro de Hidrocarburos, Víctor Zamora, en relación con el bloqueo a la planta de combustibles de Senkata, en El Alto, que ya comenzó a causar desabastecimiento en la capital.
Pero el MAS ya había advertido que no dialogará mientras el gobierno no saque a las Fuerzas Armadas de las calles.
"Exigimos el repliegue de las Fuerzas Armadas; den condiciones para la paz, den condiciones para un diálogo sincero; no puede ser que mientras se está promoviendo el diálogo por un lado, por el otro se estén haciendo masacres con nuestra gente", afirmó la diputada Sonia Brito en rueda de prensa, acompañada por otros legisladores, según la agencia EFE.
En cambio, el MAS convocó para hoy "a todos los jefes de bancada (de las dos cámaras del parlamento) para trabajar, conversar, debatir sobre la coyuntura política", en "una clara muestra de que el MAS quiere pacificar este país", agregó la diputada masista Betty Yañíquez.
En tanto, el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, sostuvo que había bajado a la mitad la "intensidad" del conflicto y advirtió que el gobierno iniciará acciones legales contra legisladores del MAS que inciten a la violencia.
Indicó que las protestas "han bajado 50% de intensidad", aunque todavía estaban "registrándose algunos enfrentamientos en Sacaba (departamento Cochabamba), si bien "disminuyendo la intensidad" de ellos, y permanecían abiertos focos de conflicto en El Alto y en Yapacaní (Santa Cruz).
Además, Murillo aseguró que el gobierno comenzará a perseguir penalmente a un grupo de legisladores del MAS por incitar a la violencia.
SIGUE LA TENSIÓN EN BOLIVIA
El gobierno busca negociar con los simpatizantes de Evo
Buscan desactivar las protestas que dejaron al menos 23 muertos y más de 700 heridos. El partido de Morales exigió el "repliegue" de las Fuerzas Armadas para conversar.
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