El día después de la segunda noche de toque de queda, y mientras continúa el estado de emergencia en Chile, Santiago amaneció con largas filas en supermercados, farmacias y estaciones de servicio, que se mantenían cerradas a la espera de la llegada de carabineros que los pudieran custodiar, aunque hubo saqueos.
En algunos sectores de la ciudad los supermercados se organizaron y permitieron el ingreso de unas pocas personas por turnos para realizar sus compras y poder abastecerse, pero en la mayoría de los casos mantienen cerradas sus puertas, causando impaciencia entre los vecinos.
Todo esto se da en un contexto de nuevas movilizaciones en varias ciudades del país que desde hace días está militarizado. Y la violencia en las calles no cesa.
La revuelta que se inició como una protesta estudiantil en rechazo a la subida del billete del metro, dejaron ya un saldo de 11 muertos en todo el país, según confirmaron autoridades de la región Metropolitana. Y 800 personas permanecían detenidas.
Más temprano hubo enfrentamientos entre los manifestantes y fuerzas de seguridad y el Ejército en Valparaíso, donde esta noche volverá a regir el toque de queda.
COMENTARIOS