El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, brindó ayer una encendida defensa de la soberanía nacional en su discurso ante la Asamblea General de la ONU de 2019 y fustigó a China, Irán y Venezuela, tres países con los que se ha visto enfrentado en los últimos tiempos.
Trump denunció la “sed de sangre” de Irán y pidió a otras naciones que se unan a su país para presionar a Teherán tras los ataques contra las instalaciones petroleras saudíes, pero destacó que hay un camino hacia la paz. “Queremos socios, no adversarios”, dijo.
“Todas las naciones tienen el deber de actuar. Ningún gobierno responsable debería subsidiar la sed de sangre de Irán. Mientras continúe el comportamiento amenazante de Irán, las sanciones no se levantarán, se endurecerán”, advirtió.
El mandatario también dedicó un mensaje a China y su presidente, Xi Jinping, al decir que el mundo está observando cómo Pekín gestiona las manifestaciones masivas en Hong Kong, que han generado preocupación sobre una posible represión del gigante asiático.
“La forma en que China elige gestionar la situación dirá mucho sobre su rol en el mundo en el futuro. Todos contamos con el presidente Xi como un gran líder”, sostuvo.
Al hablar de América Latina, su énfasis estuvo puesto en acabar con la “opresión que se vive en países como Cuba, Venezuela y Nicaragua”. Luego de enumerar una lista de violaciones a los derechos humanos que se han llevado a cabo en Venezuela, calificó a Nicolás Maduro de “títere” de La Habana. “Estamos monitoreando la cuestión de Venezuela de cerca”, remarcó.
NUEVA YORK
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