El gobierno de Irán exigió a Reino Unido la liberación inmediata del superpetrolero que transportaba crudo a una refinería en Siria y fue retenido ayer en Gibraltar por pedido de EE. UU., en medio de una crisis diplomática bilateral que incluyó la convocatoria al embajador británico en Teherán y la amenaza de capturar un buque británico.
Reunido con las autoridades en Teherán, el embajador británico Rob Macaire escuchó la propuesta formal de la República Islámica, en la que le comunicaron que “el petrolero navegaba por aguas internacionales”, y calificaron la acción de la Marina británica como “piratería”, de acuerdo con un comunicado oficial de la cancillería iraní.
“Reino Unido no tiene ningún derecho a imponer sus propias sanciones unilaterales, o las de la Unión Europea, de forma extraterritorial contra otros países”, indica.
En tanto, Mohsen Rezaei, miembro de un consejo que asesora al líder supremo, el ayatollah Jamenei, dijo que Irán respondería a los “matones”, “sin dudarlo”.
GIBRALTAR
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